PEDRARIAS una vez enterado, mandó a detener a BALBOA, con intención de aprisionarlo en una jaula de madera, pero gracias a las gestiones de Fray JUAN DE QUEVEDO, Obispo de Santa María de La Antigua del Darién, el gobernador desistió de su propósito.

        En estos momentos llegan de España las comunicaciones reales por la cual la Corona, en atención a los servicios prestados por VASCO NUÑEZ DE BALBOA, le confiere el cargo de Adelantado del Mar del Sur y Gobernador de las Provincias de Coiba y Panamá.  En las mismas, se requería que PEDRARIAS le consultara en la gestión de gobierno y conquista del país.

        Ante la constante rivalidad entre los dos, el Obispo QUEVEDO, con el apoyo de la esposa de PEDRARIAS, Doña ISABEL DE BOBADILLA, se concertó el matrimonio entre NUÑEZ DE BALBOA con una de sus hijas, MARIA DE PEÑALOZA, quien residía en España.

        Ahora emparentados, BALBOA se traslada a Acla a fin de iniciar el proyecto de conquista y colonización del territorio.  Llega a la Isla de las Perlas y recorre la costa oriental del Istmo, hasta un puerto que llamó Piñas por la abundancia de la fruta en el área.

        PEDRARIAS requiere posteriormente la presencia de BALBOA en Acla. Una vez en los alrededores, es detenido por una partida armada conducida por FRANCISCO PIZARRO.   Posteriormente, el Gobernador lo acusa de fomentar una conspiración a fin de sustraerse de su autoridad y conformar un gobierno a parte en el Mar del Sur.

        En enero de 1519, el Licenciado GASPAR DE ESPINOZA, abre causa criminal contra BALBOA, quien alega su inocencia, no obstante, este es condenado a muerte, junto a cuatro compañeros.