"Por Castilla y por León
Nuevo Mundo, halló Colón".
 
Epitafio grabado por orden del Rey FERNANDO El Católico, sobre la tumba del Almirante de la Mar-Océano, Virrey y Gobernador, en el monasterio de los Cartujos en Sevilla.

        Aún quinientos años después de su odisea, la historia no ha podido registrar con certeza el lugar del nacimiento de CRISTOBAL COLÓN, mucho menos, la fecha exacta de nacimiento.  No obstante, la tradición sugiere que nace en la República de Génova, hijo de un cardador de lana que desde temprana edad, tuvo una fascinación por la vida en el mar y las aventuras.

        Conocedor de las narraciones de MARCO POLO sobre la corte del Gran Khan, quiso encontrar un trayecto corto y menos oneroso hacia el lejano Oriente, navegando con dirección al Oeste. Para ello, estudió a profundidad el Imago Mundi del Cardenal PIERRE AILLY, los escritos de POLO y TOLOMEO, además de los del médico, físico y geógrafo florentino, PAOLO DEL POZZO TOSCANELLI, con quien mantuvo una relación epistolar.

        El primer gobierno ante quien COLÓN sometió su proyecto, fue al de la Serenísima República de Venecia, luego al de Génova, su presunta patria. Entre 1470 a 1472, se traslada a la Corte de Portugal, que para la época era una reputada potencia marítima, la cual contaba con la célebre escuela naval de Sagres, fundada por el Infante ENRIQUE, llamado "El Navegante".

        En Portugal, COLÓN contrajo matrimonio con doña FELIPA MUÑIZ DE PALESTRELLO, hija de Don BERNARDO, famoso marino y gobernador de Porto Santo. Al morir este, CRISTÓBAL revisó con interés los apuntes de su suegro.

        Durante la época en que se hizo cargo de las propiedades de los PALESTRELLO en Porto Santo, nace su primogénito, DIEGO, quien sería su sucesor como segundo Virrey y Almirante de la Mar-Oceáno.

        Luego de la muerte de Doña FELIPA y al ignorar la Corona lusitana su proyecto, en 1484, COLÓN se traslada a España.  Encomienda a su hermano BARTOLOMÉ el encargo de ofrecer el mismo a ENRIQUE VII, Rey de Inglaterra.

        Una vez en España, CRISTOBAL llega al convento de los franciscanos de La Rábida, donde conoce a Fray ANTONIO DE MARCHENA, interesado en la astronomía y con buenas relacionado con los grandes de la Corte hispana.

        Con la influencia de los Duques de MEDINACELLI y MEDINASIDONIA, CRISTOBAL COLÓN logra acercarse a los Reyes Católicos, FERNANDO DE ARAGÓN e ISABEL DE CASTILLA, momentos en que la Corte se hallaba establecida en Córdoba, en razón de la guerra de expulsión de los moros del territorio español. En un primer momento, el proyecto del marino genovés encontró acogida favorable por parte de la reina castellana.

Isabel de Castilla

Fernando de Aragón

        La propuesta de COLÓN fue sometida en Córdoba a una junta de teólogos y cosmógrafos, presidida por Fray HERNANDO DE TALAVERA, confesor de la Reina ISABEL, cuyo veredicto fue adverso a la realización del proyecto. Otra junta fue convocada en el Convento de San Esteban de Salamanca.  Una vez que los reyes católicos expulsaron a los moros de Granada, se iniciaron las negociaciones que culminaron con las llamadas Capitulaciones de Santa Fe, que fueron firmadas el 17 de abril de 1492.  En las mismas, se le concede el título de Virrey y Gobernador de las islas o tierras que descubriera, el título de Almirante, la décima parte de todas las riquezas que se adquieran en la tierra que correspondan a su gobierno, el derecho a la octava parte del suelo que descubriese, la potestad de ser Juez en las causas comerciales que surjan en razón del tráfico con las posesiones y el derecho a remitir a la Corona una terna para la elección de las islas o provincias.

        Para iniciar el proyecto, se eligió al puerto de Palos, el cual tenía la obligación de suministrar a la Corona el uso de dos naves. Gracias a los esfuerzos de los hermanos MARTIN ALONSO y VICENTE YAÑEZ PINZON, se logró reunir la tripulación necesaria (120 hombres) para las tres naves que conformaron la flota: "La Niña", "La Pinta" y la nave insignia, "La Santa María".

        A primeras horas del viernes 3 de agosto de 1492, se inició el viaje que cambiaría la historia del mundo.

        Luego de 36 días en la inmensidad del océano, en la madrugada del viernes 12 de octubre de 1492, un tripulante de "La Pinta", llamado RODRIGO SÁNCHEZ DE TRIANA, dio el esperado grito de "!TIERRA!".  Se cree que las primeras tierras visitadas por los españoles fueron las islas que los nativos llamaban Guanahaní (la actual Watling), a la que COLÓN bautizó como San Salvador. Luego de dar gracias a DIOS, besó aquella tierra, de la cual tomó posesión en nombre de los Soberanos de Castilla, clavando el estandarte real.

       COLÓN continuó su viaje por otras islas de lo que hoy son las Bahamas, Cuba y la Española, en cuyas aguas naufragó la Santa María. Regresa a España en enero de 1493 a fin de informar a la Corte, que se encontraba en Barcelona, sobre sus viajes.

        En su segundo viaje, con una flota de 1500 hombres, zarpó del puerto de Cáliz en septiembre de 1493, donde logra explorar varias islas de las Antillas, entre ellas, Jamaica.

        En su tercer viaje, COLÓN llega a la isla de Trinidad y la costa de Venezuela, desde el Río Orinoco.

        Muchos problemas surgen a raíz de los viajes del almirante. Durante su tercer viaje, al llegar a la Española, el gobernador nombrado por la Corona, FRANCISCO BOBADILLA, le formula proceso de residencia, y encadenado, lo envía a España, en compañía de su hermano BARTOLOMÉ. Una vez en la península Ibérica, los Reyes disponen la liberación de los hermanos COLÓN y reemplazan a BOBADILLA con un nuevo gobernador, NICOLAS DE OVANDO, Comendador de Lares.

        El insigne navegante, efectúa un cuarto viaje, y en 1502, luego de llegar a las Antillas, recorre las costas de la América Central, desde el Cabo Gracias a Dios en Honduras, hasta el Istmo de Panamá.


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